miércoles, 27 de abril de 2011

Mansedumbre y Templanza unos de los Frutos del Espíritu

Del latín temperantia; la templanza esta relacionada con la sobriedad o moderacion del caracter de una persona si tenemos templanza reaccionamos de una manera equilibrada ya q estaremos en condiciones de controlar nuestras emociones y dominar nuestros impulsos.

Efesios 4:2 

con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor

El cristianismo considera a la templanza como una de las cuatro virtudes cardinales. Se trata de una virtud moral que consiste en la moderación de los apetitos y de la atracción que ejercen los placeres a partir de la razón.
De acuerdo a esta doctrina evangelica, la templanza refleja el dominio de la voluntad humana y permite poner límites a los deseos (generalmente vinculados al pecado).
Tener templanza permite que la persona sea equilibrada y ponga en la balanza la tendencia natural hacia los placeres de los sentidos y el recogimiento espiritual.
La templanza es considerada como una virtud para el cristianismo ya que, según está concepción, las energías destinadas a satisfacer los deseos de los sentidos pueden volverse destructivas. Esta virtud permite que la persona reconozca cuáles son sus necesidades reales (aquellas que ayudan a su desarrollo y bienestar) y cuáles son las necesidades creadas a partir de los deseos inagotables que surgen por el ego y que, por lo tanto, perjudican al individuo.
En este sentido, la templanza hace que las personas sean libres ya que impide el surgimiento de vicios o el sometimiento a los impulsos.
En el ámbito de la pintura, la templanza es la armonía y la buena disposición de los colores. El concepto, una vez más, aparece asociado al equilibrio.


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